lunes, 12 de marzo de 2007

Reflexiones sobre las evaluaciones de desempeño

Lo que pienso de la evaluación de desempeño


Lo que ven los otros.

Espero con entusiasmo la evaluación de desempeño. Es el momento de ver como voy en el trabajo, allí podré evaluar si estoy progresando.
Los proyectos que me plantean últimamente son desafiantes, me dejan elegir mis procesos y mis recursos. No me supervisan pero se que puedo consultar si lo necesito.
Me gustan las responsabilidades y me gusta superarme, no solo lograr mis objetivos.
Tengo muy claro que tipo de decisiones pueden tomar y eso me motiva, además me dan la posibilidad de autoevaluarme y sugerir que creo que necesito para mejorar.
Me gusta aprender, eso me hace sentir seguro de mis posibilidades futuras, aquí o donde sea.


Cumplir con el reglamento

Llega el momento de la hipocresía, se evalúa el desempeño porque es un requisito que pide la empresa.
Se que lo que me digan está influenciado por el retraso en mi remuneración, por lo tanto lo que hago “esta bien” aunque nadie opine eso.
Seguramente, nuevamente, obtendré el bono que compensara el aumento de sueldo no otorgado
No existe una devolución, lo que hoy llaman feedback, solo completan un formulario que casualmente siempre lleva la cruz en el mismo lugar…
La verdad no veo diferencia entre los tiempos en que resistir y permanecer eran suficientes para ascender. Ahora creemos en la meritocracia.


Los problemas de la meritocracia

Desde hace unos años en la empresa se realiza gestión por desempeño. Una vez al año somos evaluados por nuestros logros y por los procesos que utilizamos para alcanzarlos.
Esta evaluación es realizada por mi jefe y su criterio. ¿Cuánto hay de real? Por eso solo quiero negociar los objetivos del año con el y cumplirlos lo antes posible, así el resto del año puedo ocuparme de otras cosas que me interesan.
Se que el sufre más que yo cuando llega el momento, eso de hablar con cada uno sobre el trabajo que hace, le ofrece más tareas y más conflictos.
Esta nueva tendencia trae mucha competencia entre nosotros. No genera sinergia sino rivalidad.
Aunque la empresa lo asesora para realizar el proceso se siente solo tomando decisiones, que sabe, no son más que enunciados sin respaldo en los hechos.